RESULTADO ATIBOX 2009
RESULTADO ATIBOX 2009
COMIENZOS DE FUERTEBOX
Es posible que parte de esta historia os recuerde a un cuento de niños, siendo yo como tal, solo recuerdo un animal muy grande al que continuamente le hacia perrerías aun estando encerrado en esa pequeña cocina, para que Maria, la mayor, no se asustara de esa expresión tan típica y singular.
Después de sobrevivir a un accidente de tráfico, junto con sus seis hermanos, fue el ultimo en salir de la casa del criador. No era todo lo que un afijo desearía que fuese, es más, a él mismo le daba vergüenza venderlo por las condiciones en las que estaba. Vamos, no era un bóxer realmente bonito y he aquí la similitud con el cuento.
La pareja nada mas verlo, sin pensar que no llegaría a ser un campeón, se enterneció y encariñó con el pequeño cachorro.
Eran primos de papá, los cuales se tuvieron que desplazar de Madrid a la isla de Fuerteventura por motivos de trabajo. Fue aquí donde papá se enamoró de aquel cachorrito, que con tesón e ilusión de su madre adoptiva Lola, le paseaba a diario en esas enormes y maravillosas playas isleñas donde se fue haciendo y convirtiendo en el animal que llegó a ser.
De vuelta a Madrid y, sin entrar en la clínica veterinaria, el propio criador y veterinario se asombró de ver un perro tan bonito y espectacular a través de la puerta de cristal. Deseoso y nervioso de salir a recibirle, aún teniendo una experiencia en la raza como nadie en nuestro país, se contiene a la espera.
Sí. Era aquel cachorrito flaco y pelón que semanas mas tarde en una especial bóxer se convierte en el campeón de la exposición.
Pero la historia de Argos de Pensagil, que es así como se llamaba, no tiene buen fin. En las idas y venidas a la isla, para disfrute y felicidad del propio perro, Argos se escapa de su transportín en la escala de Sevilla. Pero no es aquí donde acaba mal la historia, sino en tramo de Sevilla-Madrid donde a los pilotos se les olvida presurizar la bodega.
Desde entonces ya enamorado papa de la raza, nos trae a casa un cachorrito de bóxer y hasta la fecha de hoy.
Solo puedo agradecer a mi padre, Santiago Santander Fernández, a su primo Juan Maria Iglesia y a su Mujer Lola por engancharnos a toda la familia por esta maravillosa raza. Desde aquí también mando un cordial saludo por la parte indirecta que le toca a D. Pedro Sánchez Algaba.
Después de sobrevivir a un accidente de tráfico, junto con sus seis hermanos, fue el ultimo en salir de la casa del criador. No era todo lo que un afijo desearía que fuese, es más, a él mismo le daba vergüenza venderlo por las condiciones en las que estaba. Vamos, no era un bóxer realmente bonito y he aquí la similitud con el cuento.
La pareja nada mas verlo, sin pensar que no llegaría a ser un campeón, se enterneció y encariñó con el pequeño cachorro.
Eran primos de papá, los cuales se tuvieron que desplazar de Madrid a la isla de Fuerteventura por motivos de trabajo. Fue aquí donde papá se enamoró de aquel cachorrito, que con tesón e ilusión de su madre adoptiva Lola, le paseaba a diario en esas enormes y maravillosas playas isleñas donde se fue haciendo y convirtiendo en el animal que llegó a ser.
De vuelta a Madrid y, sin entrar en la clínica veterinaria, el propio criador y veterinario se asombró de ver un perro tan bonito y espectacular a través de la puerta de cristal. Deseoso y nervioso de salir a recibirle, aún teniendo una experiencia en la raza como nadie en nuestro país, se contiene a la espera.
Sí. Era aquel cachorrito flaco y pelón que semanas mas tarde en una especial bóxer se convierte en el campeón de la exposición.
Pero la historia de Argos de Pensagil, que es así como se llamaba, no tiene buen fin. En las idas y venidas a la isla, para disfrute y felicidad del propio perro, Argos se escapa de su transportín en la escala de Sevilla. Pero no es aquí donde acaba mal la historia, sino en tramo de Sevilla-Madrid donde a los pilotos se les olvida presurizar la bodega.
Desde entonces ya enamorado papa de la raza, nos trae a casa un cachorrito de bóxer y hasta la fecha de hoy.
Solo puedo agradecer a mi padre, Santiago Santander Fernández, a su primo Juan Maria Iglesia y a su Mujer Lola por engancharnos a toda la familia por esta maravillosa raza. Desde aquí también mando un cordial saludo por la parte indirecta que le toca a D. Pedro Sánchez Algaba.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
